Cayetana, una Grande muy grande
El adiós de la Duquesa. |
La duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart ha fallecido esta
misma mañana en Sevilla. Decía adiós así a 88 emocionantes años de vida
rodeada y arropada por sus hijos y su marido.
El fatal desenlace ha
tenido lugar en el Palacio de las Dueñas de Sevilla, donde fue
trasladada el pasado martes desde el hospital Quirós Sagrado Corazón de
la ciudad hispalense.
Doña Cayetana será recordada como una gran duquesa
y gran señora por su excepcional carácter, que la convirtió en una
aristócrata cercana e inusual, y por el cariño que despertaba en todo el
mundo.
“Muere
la Duquesa de Alba”… todavía no me creo el titular… esta, además, es
una noticia que pertenece al grupo de esas sobre las que no nos gusta
nada escribir.
Cayetana de Alba, Grande de España, familia de Winston Churchill, descendiente de Maria Estuardo, compañera de juegos de la reina Isabel II de Inglaterra y ahijada del rey Afonso XIII, entre otras muchas cosas más, fallecía hace escasas horas en su ‘Palacio de las Dueñas’ de Sevilla.
La vecina más internacional, ilustre y querida de Sevilla
fallecía a causa de una infección pulmonar que la llevó a ser ingresada
el pasado domingo, y que finalmente no ha podido superar.Cofrade,
rociera, flamenca, torera y del Betis, deja un vacío en la sociedad y
aristocracia españolas imposible de llenar.
Faltan
muchos ya de esos que un día fueron llamados a ser grandes en el mundo
del “más acá”. Aquellos que, siendo grandes defensores de nuestro país,
su cultura y costumbres, consiguieron el respeto y la admiración de casi
todas las clases sociales.
En el caso de Cayetana Fitz-James Stuart
hay que sumar además un profundo cariño y amor a su patria refugiado
bajo un carácter indomable, según algunos y exquisitamente rebelde para
otros, que la llevó a ganarse la simpatía incluso de los más humildes.
Quizá su difícil infancia a falta de su madre, o el tiempo obligado fuera de su querida
Sevilla forjaron su atípica forma de entender la aristocracia.
Desde sus escarceos con el flamenco, hasta su amor incondicional por los
toros ( fue incluso torera a caballo discípula de la gran Conchita Cintrón) Doña Cayetana
ha corrido solícita siempre que de alabar costumbres y tradiciones
españolas se tratara. Así, en el año 1964 pudimos verla ataviada como ‘Fallera Mayor de la Plaza del Mercado’ de Valencia.
Se
nos ha ido una duquesa auténtica, con clase, con genio, pero también
con una gran catadura humana que la llevó en múltiples ocasiones a
realizar un sinfín de obras de caridad. En silencio, la caridad casi
siempre en silencio, que es solo como saben hacerla aquellos que son
verdaderamente importantes.
Original
y cumplidora con sus ideales y su país hasta en estos momentos, quiso
irse un 20 de Noviembre, fecha muy señalada en la historia de España. Ahora será un día a recordar por dos motivos.
Muchos años tendrán que pasar Señora, si es que en algún momento llega de nuevo, para que España vea a otra Grande tan grande al frente del duquesado de la legendaria Casa de Alba.
Nos despedimos con tristeza, pero estamos seguros de que allí, igual
que aquí, bailará "con quien la saque” porqu,e ese espíritu libre no hay
quien lo pare. Aún así, la echaremos mucho de menos duquesa.
Descanse en Paz Cayetana, XVIII duquesa de Alba, aristócrata con un par, y defensora militante de la libertad, el betis, los toros, el flamenco y la esencia de España.
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