¿Follados o engañamaridos?
Si por algo se caracteriza la
gastronomía española es por su riqueza de matices, productos y aromas. Una gastronomía
única en el mundo que parece alcanzar un reconocimiento más que merecido tras largos
años de historia, y que refleja fielmente el perfil de la sociedad del país al
que pertenece. Algo que se ve representado no sólo en sus técnicas culinarias,
también en los nombres de algunos platos.
Peculiar cuanto menos resulta eso
de invitar a alguien a comerse una ‘olla podrida’, o unos ‘follados’… aunque en
este último caso estemos hablando de un tipo de hojaldre. ¿Y un ‘engañamaridos’?
No quiero ni saber qué puede pasar por la cabeza del aquel o aquella a quien se
lo propongamos si no es aragonés o murciano.
Y es que en España, como buen país que equilibra su cultura entre El Buscón y El Quijote, es imprescindible reírse hasta de la propia sombra,
cómo no íbamos a practicar esa filosofía a la hora de poner nombre a algunos
platos, los cuales, para más guasa, eran los más típicos de la gastronomía del
lugar.
Hoy nos hemos propuesto averiguar
unos cuantos de estos platos de nombre raro, veamos:
Engañamaridos |
Engañamaridos: Dos son las versiones que hemos encontrado de
este peculiar plato, en ambos casos deben su nombre a una pequeña argucia utilizada
por las mujeres para engañar a sus maridos haciéndoles ver que era un manjar
mientras escondía otro.
En Murcia, era un postre con una base de manjar blanco “escondido”
bajo unas tradicionales natillas.
En Aragón
el ‘engañamaridos’ esconde huevos, cocidos inicialmente para rebozarlos y freírlos
consiguiendo así la apariencia de las croquetas.
Atascaburras o Ajoarriero |
Atascaburras: es típico de Cuenca y Albacete,
aunque ya ha llegado a tierras murcianas, y no es ni más ni menos que el típico
‘Ajoarriero Manchego’, una pasta a base de aceite, patata cocida y bacalao, que
se sirve acompañada de nueces o huevo cocido como adorno y se unta en pan.
Cuentan que le debe su nombre a
dos pastores que tras quedar atascados en la nieve e ingerir el alimento
aseguraron que era ‘capaz de hartar hasta a las burras ‘.
Milhojas de rabo de toro y manzana sobre hoja de hojaldre |
Follados: No nos extrañará el nombre en cuanto echemos mano
de la lógica, porque los ‘Follados’ no podían ser de otro sitio que no fuera Galicia,
una comunidad donde las hojas son ‘follas’ por definición.
Esta es la denominación gallega
para aquellos platos cuya composición se basa en colocar varias láminas (de
hojaldre, pasta,… ) superpuestas, da igual si son dulces o saladas mientras
entre sus ingredientes lleven agua, caldo, sangre o leche
Olla Podrida |
Olla Podrida: Es el más conocido de nuestra geografía y
consiste en un guiso de cuchara realizado en una olla a base de chorizo,
morcilla, costillas adobadas, manos y oreja de cerdo, carne de morcillo e
incluso bacon añadidos para dar sabor a unas sabrosas alubias. Un excelente
combatiente del frío que algo de verdura también lleva para amortiguar tanta
caloría cárnica.
Como vemos es un plato muy
contundente, típico de la cocina burgalesa, y muy conocido por Sancho Panza experto glotón que hacía
de escudero, quien decía de él: “… por la diversidad de cosas que en tales
ollas podridas hay, no podré dejar de topar con alguna que me sea de gusto y
provecho”.
Creado en la época del Medievo debe
su nombre a una mala evolución del castellano puesto que originariamente era ‘olla
poderida’, lo que hacía referencia a la cocina de procedencia del guiso, la de
los ricos o poderosos, que eran los únicos que podían permitirse comidas con
tal variedad de ingredientes.
Para el universalmente conocido
escritor español Calderón de La Barca era ‘la princesa del cocido’.
Y bien, una vez conocidos más a fondo todos, ¿por cuál de
ellos te decantarías para preparar un sorprendente banquete a tus amigos?
Comentarios
Publicar un comentario
Nos interesa tu opinión.