Hermano Alí
El
Cairo acoge un encuentro para fomentar la cultura hispánica. La cita contaba
con unos embajadores excepcionales, los miembros de la ‘Asociación de
Hispanistas Árabes’. Todos coincidían en el hermanamiento de las culturas árabe
e hispánica, y pedían algo más de apoyo por parte de España para hacer que el
español crezca en el mundo árabe, y devolver a éste la buena imagen que perdió
con los atentados en 2001.
Hace algunas semanas tenía lugar un encuentro muy especial para
nuestra cultura, El ‘I Congreso de la
Asociación de Hispanistas Árabes’. En él se daban cita los mejores
embajadores de nuestra cultura, aquellos que no gozan de privilegios
diplomáticos, ni políticos, pero que son los que mejor dan a conocer la cultura
hispana en su región.
El encuentro tuvo lugar en El
Cairo, donde durante tres días de conferencias y debates se ha discutido
cómo la cultura árabe ha influído en la poesía hispana o en la vida
sociocultural de nuestro país, estando presente también entre nosotros a través
de arabismos adoptados en nuestra lengua (azúcar- súkar en árabe, aceite – zeit
o Guadalquivir – Oued El Kabir)
Pero la mirada de estos expertos no sólo se dirige hacia la
Península, otro de sus objetivos es que la observación sea recíproca y, sobre
todo, recuperar la buena imagen que se perdió del pueblo árabe aquel fatídico
11 de septiembre de 2001.
Nagwa
Gamal Mehrez, recién elegida presidenta de la Asociación de Hispanistas,
asegura en declaraciones a EFE que
desde esa fecha “cayó la imagen de todo el mundo árabe, y consiguió cambiar la
muy buena que se tenía de ella por otra fatal, y por eso estamos intentando
mejorar las relaciones”.
Por su parte el ex presidente de la misma Said Sabia, afirmaba que “en Marruecos
hay cerca de cinco millones de personas que hablan español, se enseña como
segunda lengua extranjera más importante. Nosotros hacemos lo que hay que hacer
para que el español crezca en el mundo árabe, pero sería necesario que España se implicara un poquito más con
este tipo de cosas”.
Tanto Sabia como Mehrez coinciden en que entre ambas culturas existe un importante sentimiento de fraternidad, y que, durante muchos años la influencia entre las mismas ha sido recíproca, convirtiéndose en pueblos hermanos que comparten historia y civilización.
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