Bilbao, del gris industrial al luminoso gastronómico

Hoy me he levantado nostálgica, recordando el domingo de hace una semana... Un domingo delicioso, y es que los domingos por la mañana siempre saben mejor en sitios elegantes y acogedores, es el cado del Hotel Meliá en Bilbao, un hotel de cinco estrellas que cuenta además con un restaurante excepcional en cuanto a servicio y calidad, el Restaurante Aizian.

Hall Hotel Meliá Bilbao
Igual da además en este caso si hablamos en términos técnicamente culinarios o estrictamente de los productos ofertados, ya que ambos parámetros son excepcionalmente cuidados. 

No en vano está considerado como uno de los referentes culinarios de El País Vasco.

Su situación es privilegiada, enclavado en la planta baja del hotel Melia Bilbao, a tan sólo 200 metros del Palacio de Congresos de Bilbao (Euskalduna) y del Museo de Bellas Artes y a 5 minutos del Guggenheim, nos aloja en una zona muy tranquila pero muy bien comunicada. 


Al entrar al restaurante nos invade una atmósfera tan cálida como elegante. Su decoración, a base de listados de madera de cedro rojo y sukupira, nos recuerda a las cajas de puros más sofisticadas y refinadas. Las vistas, al parque de Doña Casilda nos regalan un excepcional viaje al paraíso de la calma a prueba de las más altas dosis del más arraigado estrés.

El Restaurante tiene el distintivo 'Kilómetro Cero' por utilizar productos Slow Food, que además de ser ecológicos proceden de productores de la zona.

Exquisitos manjares que reciben toneladas de mimo en la cocina, al frente de la cual se encuentra Jose Miguel Olazabalaga. Un chef que ha paseado sus artes culinarias por algunos de los mejores restaurantes del país, como son Zalacaín en Madrid, Goizeko Kabi en Bilbao o el Andra Mari de Galdakao.


Otro añadido que eleva su puntuación es la atención del personal, podríamos asegurar que roza la perfección sabiendo aunar discretamente la cercanía y la calidez en el trato siempre desde el respeto y, lo más difícil, sin perder un ápice de naturalidad. 

Si la comida es excepcional, tampoco quedaba atrás el vino recomendado, un caldo de 12 Voltios (12 Volts), como ya indica su propio nombre. Criado en la tierra de Mallorca y al que prestan su alma las variedades Merlot, Syrah, Callet y Cabernet Sauvignon.

Imprescindible, cada día que pasa más, visitar una y mil veces Bilbao que vive su transformación desde la dulzura de un excelente cambio de color en su ambiente. 

Recomendable decíamos, pero indispensable añadimos también, disfrutar en buena compañía, como así hicimos el equipo de El Duende quienes, como no podía ser de otra manera, ya estamos deseando volver.


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